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Luz en la ventana

Vida cotidiana

La lluvia cae, el otoño llega.

"You´re beautiful" James Blunt

Ya ha entrado oficialmente el otoño en mi vida, y lo sé por tres maravillosas razones. La primera de ellas es porque hoy ha llovido. Creo q no llovía desde agosto, cuando cayó una tormenta de verano bastante pequeña, q puso perdidos los coches y las calles, vamos, q no nos iba a solucionar el problema de la sequía. Pues hoy, después de dos meses, ha llovido. Me he levantado intuyendo q algo pasaba, y al mirar por la ventana de la cocina, he descubierto q el cielo estaba encapotado (¿quién lo desencapotará?, etc), y estaba lloviendo de forma continuada. También ha sido uno de esos chaparrones q lo ensucian todo, pero al menos creo q ha sido un chaparrón sucio con mensaje de bienvenida: “Soy el Otoño, ¡ya he llegado a tu vida! (porque a El Corte Inglés llegué hace dos meses…” Y yo lo primero q he pensado es: “¡Dios, y yo con estos pelos!”. Claro, porque a mí la lluvia me paraliza, no me deja hacer mi vida normal y corriente, y yo, q tenía pensado dedicar mi lunes libre a la biblioteca, voy a tener q cambiar mis planes por el agua. Pero bien pensado, tengo un paragüas q estrenar, y no puedo dejarlo encerrado hasta dentro de otros dos o tres meses. Así q eso me ha animado, aunque he caído en la cuenta de otro hecho: ¡¡¡no tengo zapatos para la lluvia!!! Un día debo hacer un inventario de mis zapatos, y os echaréis las manos a la cabeza, soy un poco la AR de la ciudad, jajajaja (o la Carrie Bradshaw, q me gusta más, jajaja). Sólo tengo merceditas de tela, q si se mojan te empapas los pies, tacones incómodos para caminar por la lluvia, y zapatos planos q de mojarse, se estropearían mucho. Así q mi dilema es grave, y la única solución posible es quedarse en casa hasta el miércoles o el jueves, día en q se prevén q remitan las lluvias. No, está claro, debo hacer de tripas corazón y mojarme los pies o estropear unos buenos zapatos, pero debo salir a la calle. Este es el otoño, precioso y dichoso, pero muy poco estiloso.
Otro dato q me ha conformado q estamos en otoño es q sólo quedan 9 días para mi cumpleaños. Siempre, después del verano, llega la vuelta al cole (q esa es otra) y siempre, después, llega (inevitablemente) mi cumpleaños. Y es entonces cuando sé q ha entrado el otoño. En mi cumpleaños siempre suele llover, y siempre apetece ponerse una chaquetita o un jersey de manga larga, y tomarse un café calentito. No sé si me gusta o no la fecha de mi cumpleaños, es algo q aún no he conseguido deducir, pero sin duda creo q es una gran bienvenida del otoño: “¡Hola, otoño! ¡Gracias por llegar un año más, me alegro mucho de verte otra vez este año!”. Porque también se debería discutir de en q fecha entran las estaciones: ¿entran en el día q se supone? ¿o entran realmente en un día diferente del año para cada uno de nosotros? En fin, prefiero no entrar ahora mismo en esa disyuntiva. Al menos espero ver entrar muchos otoño más. Y es q esas cosas, cuando ya vas camino de los veinte, se tienen muy en cuenta…
Pero Lo más identificativo, el momento en el q dije: “¡Bienvenido!”, fue el martes pasado, cuando fui al primer día de clase en la facultad. No fue hasta bajarme en la última parada, en la de la Universidad; vi q la gente iba a sus trabajos, a sus facultades, q entraba y salía… Todo emanaba vida, y era la vida y la rutina q emana el otoño. Ninguna otra estación simboliza tanto la rutina, la vuelta a todo lo q hemos dejado apartado en el verano. Y volver a la facultad, después de cuatro meses sin clases (sin tener q ir a dar las clases, quiero decir) se me hizo una vuelta a la rutina total. Al principio me disgustó un poco, porque significaba q todo volvía a ser como antes, como el año pasado; pero después me gustó, porque era señal de q todo sigue, de q la vida continua, y sea rutinaria o no, siempre es buena señal estar vivos, y siempre es una gran alegría sentirse así. Los Jardines olían extrañamente bien, y me gustó sentir todo aquello, y creo q sonreí, no sé por qué, pero creo q ese fue el signo más evidente y menos perceptible de q era feliz.
Hace un rato salió el sol, pero ahora se ha vuelto a ir. Me preguntó cuándo volverá a llover, y yo, por si acaso, me he subido bien arriba la persiana, para ver como la lluvia cae, y para darle una gran bienvenida al otoño.

Ahora en mi mesilla... "La pasión turca" / Antonio Gala

De estreno y de rutinas

"Todo lo que quieres" Sergio Dalma

Cada vez me hago más a este nuevo peinado. He pasado por varios estados desde q lo corté el viernes. Primero estuve muy eufórica, porque me encantaba como había quedado con ese peinado de puntas abiertas, y sentí q estaba muy guapa y que tenía una cara graciosa y juvenil. Ayer por la mañana pensé q este corte no iba conmigo, q no me pertenecía. Yo no soy como Eva de “Los Serrano”, o como Bebe; mi personalidad no es la de ellas, y por tanto, su peinado no me sentaría bien. Pero después, ya por la tarde, pensé q daba igual el peinado q tuviese, porque yo siempre sería yo, y yo siempre seré mucho más q un estilo de corte de pelo.
Y esa es la conclusión a la que he llegado: yo soy yo tenga el pelo que tenga, y el pelo que tengo es completamente independiente de mi personalidad.
A pesar de estar de entreno, todo sigue igual por mi vida, y no creo q cambie nada hasta dentro de 3 o 4 días como mínimo. Hasta entonces, estoy intentando aprovechar mi tiempo en estudiar, en disfrutar, y en pensar.
Quizás tenga un poco de miedo. Siempre me pone nerviosa la vuelta a la rutina; la vuelta de los amigos, y la vuelta a los problemas que se quedaron pendientes en julio. Y creo q tengo mucho miedo, y estoy sintiendo muchas cosas que prefiero no contar.
Supongo que aunque tenga mis cosas buenas, no puedo luchar contra quien no las ve. Yo sé perfectamente que quiero luchar, pero creo q también sé q acabaré cansándome de luchar yo sola. Y cuando me canse, con todo el dolor de mi alma, no volveré a hacer nada más por recuperar lo q vaya perdiendo. Pero así es la vida, y todo porque existen las relaciones entre las personas, y una relación (sea del tipo q sea) no puede funcionar si una de las dos personas no quiere q funcione.
Definitivamente, lo admito: tengo miedo. Me asusta no saber lo q pasará, no saber como debo actuar, no saber lo q debo hacer. Y todo no porque yo no tenga claro lo q pienso, sino porque no tengo claro lo q opina la otra persona; y además, estoy tan asustada, q no quiero ni preguntárselo, cosa q haría en cualquier otra ocasión.
Si la he perdido, será porque debo perderla, y porque ya no hay vuelta atrás. Si ella cree q no merece la pena arreglar las cosas, será porque es así. Creo q no voy a hacer nada en contra de su voluntad.
Pero me siento mal, porque además de tener miedo, me siento como abandonada, como dejada a mi suerte, y siendo juzgada en todo momento por todo lo q hago. Y yo, he sido siempre (y sigo siendo) de las q hacen las cosas sin querer herir a la gente que quiero. ¿Mereceré otra oportunidad? Quizás me quedé aún mucho tiempo por estar aislada, por vivir la indeferencia q me muestra esa persona.
Yo puedo demostrar todo lo que me importa, pero me desanima q ella no me demuestre que se está dando cuenta.
Y no, aunque pueda parecer, no hablo de R. Esta relación, dura ya mucho más, y tampoco quiero q se acabe.

Ya no hay necesidad.

"Al alba" (Luis Eduardo Aute)

Llevo ya mucho tiempo sin venir por aquí, casi dos meses. Hay mucho motivos para ello, y si he vuelto ha sido sólo para comunicar q estoy bien y feliz; también para que R deje de repetirme q escriba aquí y q esto siempre le ha parecido un diario en el q escribía lo q no me atrevía a decirle (gati, ya me he enterado!!!), jajajajajaja.
Soy feliz y estoy feliz. Voy a terminar mis primeros exámenes en la facultad. Tengo una maravillosa relación sin nombre con R, y un bonito proyecto de vida en relación (aunque no en común, por ahora). Las cosas han cambiado mucho, y también mis sentimientos, q se han visto envueltos en otra serie de sentimientos. Pero ahora mismo estoy maravillosamente bien.
En la facultad todo va tirando, tampoco puedo quejarme.
Ya no siento la necesidad de escribir aquí, porque todo lo q tengo ene l corazón lo expulso y lo hablo, con R, con M, o con CH. No tengo la necesidad e contar al mundo lo q me preocupa; prefiero compartirlo con mi amor y con mis amigos.
No tengo nada más q decir. Por primera vez en la historia de este blog (y sirviendo de precedente, sí) voy a dirigirme personalmente a R:
"Gati, cielo mío: te amo. Lo sabes, y yo tb lo sé. Confío en ti, y tú en mí. Y este post está dedicado a ti, para q sepas q ahora mi blog eres tú, tonto. Te amo" "p.d. Tengo muchísimas ganas de verte!!!!"

El club de los comensales solitarios.

"Precisamente ahora" (David DeMaría)

Si tuviésemos que volver a escribir la canción de los Beatles, no habría mejor título que ese. Los comensales solitarios pululamos sin rumbo, pero con los estómagos muy llenos por los pasillos y la propia cafetería de la facultad. Somos seres normales, como tú, con nuestros estudios universitarios y nuestras especialidades, con nuestros apuntes y nuestra soledad. Cada uno de nosotros representa un universo paralelo, sin embargo, tenemos en común el ser comensales solitarios de la Universidad.
Son las dos de la tarde, termina la clase de lingüística y da comienzo mi hora libre, esa que tanto envidian C y LO, que deben dar clases hasta las cuatro sin ningún descanso. Yo no la deseo, es más, me paso toda la mañana haciéndome la idea que esa hora debe llegar, y es mejor pasarla lo antes posible. Salgo de clase, (voy al servicio si tengo necesidad) y me dirijo a la cafetería. Allí, los camareros con camisa de rayas azules me atienden; concretamente uno alto, muy moreno y con flequillo, una mancha oscura en su antebrazo (no recuerdo exactamente cuál) y cara de agotado desde las ocho y media de la mañana. Después de mirar la carta (ya sé de memoria todo lo que hay), pido. Pero para entonces ya me he dado cuenta de que no soy la única que come sola. No todos los días veo a las mismas personas: cada día son rostros distintos, aunque lo curioso es que existen (existimos), que conviven (convivimos) con su (nuestra) soledad y su (nuestra) tapa o bocadillo correspondiente. Me he encontrado con treintañeros canosos, pijas, hippies, extranjeras, chicas normales, chicos con gafas y caras de listos, gorditos ansiosos de comida... Solos. Comiendo a menos de dos pasos unos de otros. Y seguimos solos. Nos gusta la soledad. A mí particularmente no, aunque es muy cómodo comer sin tener que hablar con nadie o pedir algo que está a dos kilómetros de ti.
En la cafetería somos muchos, otros tantos en los pasillos o en los patios exteriores. Yo creo que si nos uniésemos, podríamos hacer amigos, y sobre todo, comer juntos. En el fondo, somos masocas, y nos gusta nuestro rellenado estómago solitario. El club de los comensales solitarios existe, sólo que estamos dispersos en la sociedad. Nosotros y nuestra nutritiva soledad.

Imposible un hueco.

"Escucha atento" (Laura Paussini)

Que conste que no estoy estudiando, aunque dedique mucho tiempo a pasar apuntes y a leer, pero es que cuando entro al ordenador no es para actualizar la verdad, tengo cosas mejores que hacer. Así que los iento mucho si lleváis ya más de una semana con el mismo último post. Lo siento. Es muy triste, lo sé, a mí también me lo aprece, y me duele mucho o entrar por aquí todo lo que quisiese. Pero... tenéis que acostumbraros, e iréis descubriendo que mis post serán próximamente así: cortos e insursos... Ya llegarán los tiempos de post diarios... o no, jejejeje. Todo va genial, y soy muy feliz, y no paro en casa ni un minuto, jajaja. Es maravillosa la vida universitaria.

Primera clase.

"Sick and tired" (Anastacia)

Estaba muy nerviosa esta mañana. He ido avanzando por ratos: a ratos mejor, otros en los que no quería ir a la facultad. Hubiese deseado realmente aferrarme a mamá y no soltarla, como si fuese una niña pequeña al comienzo de su asistencia al colegio. Menos mal que poco a poco todo ha ido pasando. He cogido el autobús perfecto, y he ido todo el camino aburrida, hasta que me ha llamado R. Desde entonces el trayecto ha sido mucho más entretenido. Después, bajada en la parada y a coger otro autobús hasta la facultad. Sabía perfectamente a qué pasillo tenía que dirigirme, así que allá he ido, mientras intentaba escuchar a R al otro lado del hilo telefónico. Pero ha sido muy complicado, porque en los altos, largos y anchos pasillos de la Real Fábrica de Tabacos, la cobertura es mínima, además de que mi móvil está siempre enfermito y nunca deja que la comunicación fluya entre las personas. He preguntado a una chica por los aseos, que resultan estar muy cerca de la mayoría de mis aulas. He ido, porque de los nervios tenía una incontinencia que me acompañaba casi desde casa, y después de nuevo a la comu – incomunicación con R. Una vez agotados de tanto corte, hemos dejado de hablar. Ha sido maravilloso estar con él antes de entrar a clase, y poder escucharlo, y tenerlo a mi lado. Le escuchaba, pero estaba tan nerviosa por mi primera clase, por él hablándome y diciéndome cosas preciosas, que todo ha pasado delante de mí muy rápido. La espera delante del aula 104 fue de diez minutos, durante los cuales se han ido acercando algunos chicos y chicas a dicha aula. A las tres aparece el profesor, informalmente vestido con vaqueros y polo blanco (Tomas Burberry), sus gafas y su maleta azul marino. Ha dicho: “segunda lengua y su literatura uno, inglés, vamos pasando”. Y yo he sido la primera en pasar, porque todos tenían como miedo, pero yo he sacado fuerzas y he entrado la primera. Me he sentado en segunda fila, y junto a mí una chica morena. La clase de inglés ha sido mitad en inglés y mitad en castellano (podría decir, en español, pero resulta que como ya soy de verdad proyecto de filóloga, matizo estos términos para aclarar conceptos). La parte inglesa la hemos entendido poco, menos la japonesa, que se ve que el inglés es lo suyo (una chica japonesa que estudia filología hispánica). Todo muy bien, una clase estupenda, y a empezar a estudiar ya.
A la salida hemos ido todos en bandada a la copistería “Servirapid”, porque para mañana necesitamos ya el cuadernillo de historia del inglés, pero resulta que la copistería no habría hasta las cuatro y media, tiempo en el cual todos nos hemos dedicado a hacer amigüitos por un tubo. He conocido a dos chicas y un chico, pero resulta que una chica es de clásica, así que a ella la veré menos. Mañana son mis clases comunes, las de todos los de hispánica, así que supongo que aprovecharé para conocer un poco más a C y a LO, y a otras personas. Esto ha sido como una primera toma de contacto, pero todo ha resultado estupendo. Es como estar en el insti, bueno, casi, pero seguro que es como estar en la universidad. Perfecto.

Mi último fin de semana de vacaciones.

"Todo se trnasforma" (Jorge Drexler)

Este ha sido mi último fin de semana de vacaciones, puesto que mañana comienzo las clases en la facultad, y el descanso ahora se vivirá de forma diferente. Podía haberlo disfrutado mucho más, pero tampoco me interesaba ni tenía ánimos para ello. El viernes por la mañana me fui al Centro, y acabé con las existencias de Zara, me traje un pantalón verde militar, una camiseta de rayas pistacho, otra beige lisa con cuello de pico, y un jersey frambuesa precioso. De esa forma me alegré el día, aunque a mi madre se le apenase el bolsillo de una forma brutal. Por la tarde fui al cumpleaños de AP q fue en su casa. Me lo pasé realmente bien, hacía mucho tiempo que no estaba con toda la gente de clase, y fue muy divertido. Ayer pasé toda la mañana en casa, viendo programas de música en la televisión y ayudando a papá a arreglar el ordenador. La tarde también la pasé aquí, actualizando el blog y mirando el correo. M iba a salir con AG e IN, pero yo no quería salir. No había quedado con L, pero no me agradaba la idea de estar hasta las 7 de las mañana amargada, porque tenía claro que no estaría muy a gusto, y además, ahora estoy depresiva porque va a bajarme la regla. Esta mañana me he ido al mercadillo, pero sólo he comprado calcetines de colores chichones y unas zapatillas de estar en casa, muy suaves, con pelitos, de color mostaza con una media luna que duerme. He llamado a M por teléfono, y me ha dicho que ha quedado con AG e IN para ir a tomar café, pero no me apetece tampoco. No es que esté mal, simplemente no me apetece salir de casa y estar por ahí con ellas, que son tan divertidas y seguro que están en plan cachondo como siempre, y no tengo ganas las verdad. Tampoco he quedado con CH, porque tampoco hay ganas de salir más tarde, prefiero pasar toda la tarde en casa escribiendo, leyendo o haciendo cualquier cosa. Creo que mi pequeña depresión es sólo producto de que me tiene que bajar la regla. Sigo muy bien con respecto al tema de R, aunque me duele la idea de que él haya podido necesitarme tanto esta semana. Bueno, todo está yendo muy bien, ahora sólo necesito unos días de relax en casa. Pero mañana hay que comenzar la rutina; miedo me da.

De vuelta a la vida

"Pájaros en la cabeza" (Ismael Serrano y Pedro Guerra)

Después de varios días con problemas técnicos de mi servidor de internet, por fin puedo entrar. No está muy estable esto aún, pero espero que poco a poco se vaya solucionando. Han sido unos días muy aburridos, en los que me ha dado tiempo a pensar mucho, pero no lo he hecho. He preferido dedicarme a ser feliz y a aprovechar el buen estado de ánimos, que en estos días ha seguido subiendo de nivel. He hablado con R todos los días por téléfono, pues aunque la tecnología no ha estado de mi parte si lo ha estado las ocasiones para poder mantener el contacto por el hilo telefónico. Esto ha hecho que los dos hayamos estado muy bien esta semana, y hemos estado como dos veraderos amigos que se quieren, charlando sobre temas muy interesantes, sobre nosotros y con la confianza que siempre hemos tenido. También he aprovechado para leer al joven escritor Andrés Neuman y estoy terminando su primera novela, "Bariloche", auqnue yo fuí a la bilioteca buscando "La vida en las ventanas", otra novela suya más reciente. He hablado mucho, sobre todo lo que sentía y he expresado cómo me sentía. He pasado unos días regulares, puesto que estaba incomunicada y aburrida, pero feliz, porque lo estoy. Creo que todo me está yendo muy bien.

Sola en casa.

"Where is the love?" (Black Eyed Peas)

Es genial estar sola en casa. Es super divertido porque puedes hacer lo que quieras cuando quieras. Comer pizza con M, charlar con ella hasta la madrugada, leer el periódico sin ruido, escuchar la radio mientras friegas y bailas, cocinar algo ingenioso... se me ocurren muchas más cosas, pero tampoc puedo escribirlas todas aquí. He pasado un buen día, he estado muy tranquila y he disfrutado mucho de mi soledad y de mi soltería. Se derrama mucho amor a mí alrededor, pero yo me amo a mí y a los míos y quiero la felicidad de mis amigos. Y otra buena noche de juerga, por favor. Yuju! Me encanta estar sola. Voy a seguir con mi preciosa vida de mujer independiente y segura. Me encata parecerme a Bridget Jones. Aunque espero no llegar nunca a su grado de amargura, alcohol y tabaco.

Ligando de compras.

"Ella" (Bebe)

Justo cuando te sientes mal, justo en ese momento, ¡¡¡alguien te ofrece su sonrisa!!! Y que sonrisa... La cosa tiene su fundamento. Hace quince que ese chico trabaja sin sus padres en esa tienda, porque ellos están de vacaciones en Canarias (de lo que se entera una en el barrio...) y quince días llevo saliendo yo a por el pan. No sé por dónde empezar!!! Empezaré diciendo que la panadería y la tienda de veinte duros quedan al lado. Vale, muy bien. Todos los días voy a por el pan (un integral, un bollo y una andaluza). Pero hoy tenía que ir a por pañuelos de papel a los veinte duros. Me disponía a salir cuando mi madre ha dicho:"niña, llegate a los veinte duros, y pregunta por un desatascador líquido". Palabras textuales. Así que yo, pues he dicho que sí, porque los niños de Lina (la mujer de los veinte duros) están bastante buenos, y una nunca pierde la oportundiad de recrearse la vista. Después de la panadería he entrado: he cogido los pañuelos y he preguntado por el desatascador, a lo que él me ha dicho: "ven". Ays!!! Y le he seguido por un pasillo oscuro, lleno de estanterías contra las que hacer el amor, un pasillo estrecho por el que apenas cabría mi cuerpo, y millones de productos de limpieza con los que hacer espuma... (ya será para menos, vale, bajo de las nubes...). El hijo mayor, el más guapo, es moreno (como su hermano), muy parecido al pequeño. De nariz recta y ojos pequeños y negros. Es bastante guapo, muy alto y atractivo y una pues se recrea con él, que además es muy simpático. Después de darme el desatascardor, he visto que costaba 3,25 euros!!! Dios!!! Eso debe ser mucho más potente que ese niño!!! Joder, creí q no me llegaba el dinero, y me ha dicho: "no pasa nada, ya me pagarás". "¿Y no vale en carnes?", he pensado yo. Y de pronto me dice: "Son, 3.70". Coño, justo lo que yo llevaba... Así que se ha reido, y yo me he reido con él... que dientes tiene... es perfecto. Lo peor es que como no lo conozco sólo lo querría para un rato, porque no estoy enamorada de él... Y yo me digo, ¿y qué mierda importa cuando sabes que morirás virgen? "Es que... me estoy reservando"

Así... sí, yo creo que sí.

"Ángel" (Belinda)

yo por ahora lo voy a dejar así. Los verdes dan demasiada vida, y los terras y los azules son los que predominan en la portada. Así que poner todo de tonos terra con las letras en jacaranda es lo mejor... Yoc reo que sí. Ays, no me costado mucho trabajo hacerlo, y bueno, ha quedado sencillo. Bueno, todo va de maravilla. R ha vuelto de sus vacaciones y ¡¡¡M vuelve mañana!!! Con R tuve ayer un poco de encontronazo... ays, ¿por qué seré tan burra? A veces debería callarme la boca. Estuve bastante borde con él, y todo porque yo intento que él no me recuerde que aún está en fase de autoconvencimiento. Yo estoy bien, realmente bien, aunque CH opine lo contrario y aunque a veces me acuerde de cosas. Yo estoy bien y lo estoy superadno, y ¡¡¡él aún autoconcenciéndose!!! Dios... y ahroa resulta que todo va tan bien con I, le habla de mí, envían mails a B... todo es algo patético, realmente. Oh, estoy volviendo a leer a Bridget Jones, la segunda parte es muy buena, me ayuda a superarme y además tengo que ponerme al día para la próxima peli. Estoy maravillosamente bien. Aunque, como diría Bridge, "necesito un Chardonay", jejejeje.

Un mal día

"Camisas amarillas en el esceneraio" (Pedro Javier Hermosilla)

Parece que la felicidad dura un instante. Pero no, lo que dura un instante son los días que no estamos ovulando con la puta regla. He pasado toda la mañana muy chunga. Bastante mal. Ahora estoy mejor. Me ha puesto enferma pensar en la próxima semana sin R aquí y también la juerga de CH. Sé que debo ser fuerte, hay muchas cosas por las que debería de luchar, pero también me cuesta. Durante la comida me he dado cuenta de que el problema es que estoy ovulando en estos días. Así que es normal que grite, berree, patalee y llore. Parece lo típico que diría una chica un día que no se encuentra bien, pero es que es verdad!!! Hombres del mundo, os lo digo yo: estas cosas nos afectan. Somos conscientes de que nos afectan, pero no podemos remediarlas!!!