Blogia
Luz en la ventana

De estreno y de rutinas

"Todo lo que quieres" Sergio Dalma

Cada vez me hago más a este nuevo peinado. He pasado por varios estados desde q lo corté el viernes. Primero estuve muy eufórica, porque me encantaba como había quedado con ese peinado de puntas abiertas, y sentí q estaba muy guapa y que tenía una cara graciosa y juvenil. Ayer por la mañana pensé q este corte no iba conmigo, q no me pertenecía. Yo no soy como Eva de “Los Serrano”, o como Bebe; mi personalidad no es la de ellas, y por tanto, su peinado no me sentaría bien. Pero después, ya por la tarde, pensé q daba igual el peinado q tuviese, porque yo siempre sería yo, y yo siempre seré mucho más q un estilo de corte de pelo.
Y esa es la conclusión a la que he llegado: yo soy yo tenga el pelo que tenga, y el pelo que tengo es completamente independiente de mi personalidad.
A pesar de estar de entreno, todo sigue igual por mi vida, y no creo q cambie nada hasta dentro de 3 o 4 días como mínimo. Hasta entonces, estoy intentando aprovechar mi tiempo en estudiar, en disfrutar, y en pensar.
Quizás tenga un poco de miedo. Siempre me pone nerviosa la vuelta a la rutina; la vuelta de los amigos, y la vuelta a los problemas que se quedaron pendientes en julio. Y creo q tengo mucho miedo, y estoy sintiendo muchas cosas que prefiero no contar.
Supongo que aunque tenga mis cosas buenas, no puedo luchar contra quien no las ve. Yo sé perfectamente que quiero luchar, pero creo q también sé q acabaré cansándome de luchar yo sola. Y cuando me canse, con todo el dolor de mi alma, no volveré a hacer nada más por recuperar lo q vaya perdiendo. Pero así es la vida, y todo porque existen las relaciones entre las personas, y una relación (sea del tipo q sea) no puede funcionar si una de las dos personas no quiere q funcione.
Definitivamente, lo admito: tengo miedo. Me asusta no saber lo q pasará, no saber como debo actuar, no saber lo q debo hacer. Y todo no porque yo no tenga claro lo q pienso, sino porque no tengo claro lo q opina la otra persona; y además, estoy tan asustada, q no quiero ni preguntárselo, cosa q haría en cualquier otra ocasión.
Si la he perdido, será porque debo perderla, y porque ya no hay vuelta atrás. Si ella cree q no merece la pena arreglar las cosas, será porque es así. Creo q no voy a hacer nada en contra de su voluntad.
Pero me siento mal, porque además de tener miedo, me siento como abandonada, como dejada a mi suerte, y siendo juzgada en todo momento por todo lo q hago. Y yo, he sido siempre (y sigo siendo) de las q hacen las cosas sin querer herir a la gente que quiero. ¿Mereceré otra oportunidad? Quizás me quedé aún mucho tiempo por estar aislada, por vivir la indeferencia q me muestra esa persona.
Yo puedo demostrar todo lo que me importa, pero me desanima q ella no me demuestre que se está dando cuenta.
Y no, aunque pueda parecer, no hablo de R. Esta relación, dura ya mucho más, y tampoco quiero q se acabe.

0 comentarios